La transformación digital bien orientada agrega eficiencia y evita errores en las administraciones tributarias. La pandemia actuó como un catalizador de estas iniciativas, ya que ante las importantes pérdidas de recaudación derivadas del aislamiento preventivo hubo que modernizar los procedimientos de estas reparticiones públicas, por ejemplo para poder ofrecer servicios a los contribuyentes a través de canales digitales (sitios web, aplicaciones móviles, etc).
El Covid-19 aceleró la digitalización con un aumento del 30% en contactos virtuales en 2020 y el uso del 90% de herramientas analíticas por las administraciones tributarias. Según OECD.org
Más allá de cuál haya sido el motivo que las impulsó, en estas iniciativas siempre es prioritario que se coloque en el centro a las necesidades de los ciudadanos, a fin de brindarles mejores servicios. Y también que se busque la transparencia y la simplificación de los procesos. Es preciso dar a luz un modelo “más eficiente, interconectado, colaborativo y adaptado a la realidad social”.
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Digitalización de administración tributaria
En definitiva la meta de la digitalización de la administración tributaria debe ser “elevar los niveles de cumplimiento voluntario por parte de los contribuyentes mediante dos líneas principales de actuación: dando facilidades a los que quieren cumplir y realizando una lucha radical contra el fraude”. Es decir, es necesario ofrecer un mecanismo para reducir los obstáculos y mejorar drásticamente el cumplimiento.
Naturalmente, estas iniciativas de digitalización financiera tienen que insertarse dentro de las normativas tributarias vigentes en cada nación y garantizar su trazabilidad. Pero a la vez el avance en la digitalización del Estado también depende de que se incorporen algunas normativas importantes en la legislación, que debe considerar las nuevas tecnologías requeridas. Por otra parte estas transformaciones deberían integrarse a estrategias más generales de gobierno abierto y digital del Estado.
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La digitalización de la administración tributaria presenta varias ventajas como por ejemplo:
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Incremento de la eficiencia.
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Mayor transparencia y optimización de los controles (gracias a sistemas de información que permiten realizar verificaciones masivas e intensivas).
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Posibilidad de “despapelizar” la actividad diaria y trabajar con archivos digitales, con firmas y notificaciones electrónicas.
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Permite nuevas formas de información y asistencia al contribuyente.
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Reducción de costos y aumento de los ingresos.
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Promueve la cooperación e integración con otras reparticiones públicas y administraciones tributarias de otros países (a través de procedimientos como la ventanilla única) y permite intercambiar información.
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Capacidad de aliviar la carga administrativa y reducir errores a través de la automatización de algunas tareas repetitivas de la administración tributaria.
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Posibilidad de habilitar el teletrabajo.
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Permite implementar conceptos como el de gestión del riesgo de cumplimiento.
Por otra parte, las iniciativas de digitalización financiera pueden ayudar a mejorar la calidad de la información para poder analizarla y utilizarla de manera eficaz. Naturalmente, estos procesos requieren capacitar tanto a los propios funcionarios como a los contribuyentes en el uso de las nuevas herramientas tecnológicas.
En Agilice desarrollamos soluciones digitales que simplifican, agilizan y optimizan procesos críticos de la actividad de las organizaciones y las reparticiones públicas. Estas herramientas son soportadas por un servicio de primer nivel que acompaña a nuestros clientes en todo sus procesos y les permite enfocarse en los objetivos que le agregan valor, llevando su actividad al siguiente nivel.
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